Londres, 13 feb (Prensa Latina) El primer ministro Boris Johnson nombró hoy a su flamante secretario de Negocios, Alok Sharma, como presidente de la cumbre sobre cambio climático (COP26) prevista para celebrarse en noviembre próximo en Glasgow, Escocia.
La designación de Sharma, un funcionario hasta ahora poco conocido dentro del gabinete conservador, se anunció poco después del reajuste del gabinete que hizo Johnson este jueves, y que estuvo marcado por la inesperada renuncia del titular de Hacienda, Sajid Javid.
El nuevo presidente de la COP26 reemplazará en el cargo a Claire O´Neill, quien fue despedida por el gobernante en enero pasado.
De acuerdo con la BBC, aunque el nombramiento de Sharma fue recibido con beneplácito, algunos sectores alertaron que el funcionario llega tarde para organizar una conferencia que está a la vuelta de la esquina.
La portavoz de la organización Christian Aid (Ayuda Cristiana) Kat Kramer apuntó, por ejemplo, que dirigir las negociaciones sobre el cambio climático es una tarea seria y delicada.
De su lado, Mohamed Adow, de Power Shift Africa, dijo que le preocupaba que Sharma tenía solo nueve meses para realizar su trabajo.
La anterior presidenta de la COP26 elogió a su sucesor, quien trabajó en el sector bancario antes de entrar en la política 10 años atrás, y consideró que sería capaz de vencer el reto.
Tras su despido en enero pasado, O´Neill publicó una carta en la que acusó a Johnson de falta de liderazgo y compromiso para enfrentar el cambio climático.
Además de quejarse de la falta de apoyo gubernamental a la COP26, la exministra denunció que el subcomité ejecutivo sobre el clima que el Primer Ministro debía presidir no se ha reunido ni una sola vez.
Ante la ausencia de su prometido liderazgo, los departamentos gubernamentales están enfrascados en luchas intestinas para ver quién es el responsable, y quién debe rendir cuentas por la COP26, agregó.
En opinión de Oâ€ÖNeill, las cumbres anuales sobre el clima que organiza Naciones Unidas están dominadas por discusiones interminables sobre su agenda y divisiones sobre quién debe pagar, mientras se les presta poca atención y fondos a la adaptación y la resiliencia.